PV-45 (El Reparito)
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PV-45 (El Reparito)
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PV-45 (El Reparito)
Dedicamos mucho tiempo y un gran esfuerzo al estudio de este sito. Al final de la temporada de 1992, un señor de Puerto Vallarta que hace años vivía en Las Palmas me informó del saqueo de varias tumbas que tuvo lugar en este sitio, hace aproximadamente 20 años, y me dio el nombre de un señor que había participado en la excavación. En la temporada de 1993, localicé el señor mencionado en Puerto Vallarta, y me llevó al sitio. A través de este hombre, así como otras personas que conocí en Las Palmas, obtuve información sobre una gran actividad de saque en los alrededores de Las Palmas que empezó hace unos 30 años y que fue encabezado por un señor García que vivía en Las Palmas. Un gran número de hombres de Las Palmas llegaron a participar en la actividad de saqueo, llevando piezas al Sr. García quien sirvió de intermediario con coleccionistas y traficantes de piezas arqueológicas en Guadalajara. Tuve la suerte de localizar en Las Palmas una foto (Figura 45-1) que fue tomada de una parte, quizá la tercera o la cuarta parte, de la colección de piezas saqueadas del sitio de El Reparito y enviadas a Guadalajara por avioneta en cajas de madera fabricadas para transportar cajitas de cerillos. Los dos factores principales en detener esta actividad de saqueo en la zona de Las Palmas fueron: la muerte del Sr. García; y la aplicación de la ley Federal en contra del saqueo arqueológico.
El señor que me enseño el sitio me dijo que empezó a trabajar en esta actividad de saqueo en 1963 cuando tenía 13 años, y duró 5 años, ganando en aquel entonces 20 pesos por día. Trabajaron por lo general unos 4 meses del años, empezando al terminar la estación de lluvias, o al principio de la estación seca, cuando la tierra estaba todavía blandita por las lluvias. El trabajo de este señor fue de excavar el tiro de la tumba, pero al llegar al fondo del tiro, los dirigentes del saqueo le enviaban a descansar mientras ellos quitaron las lajas que tapaban la puerta y en seguido sacaron las ofrendas de adentro de la tumba, ocultándolas de este señor.
Por eso, mi informante no vio muchas de las cosas que los otros sacaron de las tumbas, pero se acuerda que hallaron por lo menos 4 o 5 tumbas en El Reparito, y que él participó en la excavación de tres de ellas. Los tiros llegaron a una profundidad de 2.5 m a 3.0 m, con un diámetro de 1.5 m, y las bóvedas se encontraron en una tierra color blanco o bayo. Me indicó los lugares en donde habían encontrado las tumbas en el sitio, y me informó que hallaron muchas ollas, incluyendo una olla grande llena de huesos. Se rompieron varias ollas buscando “monos” (figuras de cerámica), y los huesos se convirtieron en polvo al estar expuestos al aire.
Después de visitar el sitio con el informante, logré a entrevistar a dos personas más que excavaron allí bajo la dirección del Sr. García, uno de las cuales que tenía en su posesión la foto de algunas de las piezas encontradas (Figura 45-1). Ellos visitaron el sitio conmigo para indicar tanto los lugares excavados como también los no escavados, y para proporcionarme algunos datos sobre los hallazgos. Según ellos, El Reparito fue uno de los últimos sitios en donde excavaron porque tuvieron un conflicto fuerte con el Sr. García acerca de la recompensa prometida por las piezas encontradas en El Reparito. Trabajaron en El Reparito por dos temporadas, aproximadamente en 1970 y 1971.
La primera tumba (#1) fue encontrada porque el tiro estaba marcado con una piedra de unos 80 cm de altura, misma que encontraron clavada en la tierra. Uno de los informantes vio la piedra cuando estaba buscando una vaca extraviada. Volvió al lugar para sacar la piedra y halló el tiro de una tumba que siguió aproximadamente 3 m para abajo. En el fondo del tiro el y su hermano hallaron muertos, figuras de barro y otras ofrendas. Entonces, empezaron a excavar por los lados, hallando una bóveda saliendo del tiro hacia la parte arriba en la ladera de la colina. La bóveda tenía dos lajas tapando la puerta, y adentro de la bóveda hallaron 4 o 5 entierros y muchas ofrendas, incluyendo figura huecas con pintura como en la forma de tatuajes en la cara y en el cuerpo.
De la primera tumba, siguieron colina arriba, rebanando un paredón de excavación, hallando en el proceso unas 10 u 11 tumbas, algunas 8 de ellas con bóveda. Los informantes me enseñaron los lugares en donde estaban las tumbas para poder indicarlos en el croquis que estaba dibujando del sitio. Me informaron que también hallaron 3 o 4 tumbas de fosas sencillas, sin bóveda, y que algunas tumbas no tenían nada adentro. Una tumba estaba rellenada con puro barro quemado. Reportaron que a veces “un pozo se comunicaba con otro”, pero no es claro si esto refiere a las bóvedas o el área de los tiros. Todas las bóvedas se encontraron llenas de tierra, y la excavación de las bóvedas se llevó a cabo con unos machetes rebajados en la forma de cuchillos largos.
Mencionaron haber encontrado muchos malacates en una de las tumbas, y en otras tumbas malacates con decoración incisa, puntas de proyectil, y navajas de obsidiana muy largas (aproximadamente 20 cm.) y filosas. Otras ofrendas de cerámica reportadas incluyan “copas”, ollas con soportes trípode, braseros con soportes tipo bola, un “apastito con barrenadas”, muchos silbatos en la forma de aves o de perros, y algunas pipas con el cuenco grande. Las malacates y las navajas también se encontraron en los tiros, así como algunas vasijas rojas en forma de botellones, pero nunca hallaron figuras huecas en los tiros. Varias tumbas tenían mazos, idénticos a los que se encuentran en la superficie del plan al pie de la colina, y reportaron haber hallado “medallones” de piedra en forma de discos, con muchas barrenitas, algunos de los cuales pudieron haber sido parte de espejos porque también hallaron piedritas doradas que posiblemente fueron piritas que originalmente formaron la cara de tales espejos. Mencionaron el hallazgo de una bola del tamaño de una toronja, con mucho picos, como en la forma de una estrella, así como una trompeta de concha de caracol. Reportaron que casi siempre se encontraban dos lajas tapando la puerta de la bóveda, y el piso de la bóveda siempre se encontraba a un nivel más bajo que el fondo del tiro.
La tumba #2 llegó a 2.5 m de profundidad. La puerta de la bóveda estaba tapada con 2 metates, cada uno con 4 patas. Adentro de la bóveda hallaron 3 esqueletos, varios cántaros (algunos colorados y uno rayado), y dos piezas de cerámica en la forma de animales, una en la forma de un tejoncito y la otra en la forma de un armadillo.
El tiro de la tumba #3 llegó a 3.0 m de profundidad, y del tiro salieron dos bóvedas, una al N-55-E, y la otra al S-35-E. La puerta de la primera bóveda estaba formada por dos lajas, y la segunda por un muro formado por cantos rodados del río. En la primera bóveda hallaron muertos, figuras huecas, etc., y en la segunda hallaron puras vasijas de cerámica que fueron más de 100 piezas, incluyendo platos, ollitas, tazas, y apastes.
El tiro de la tumba #4 fue encontrado siguiendo una zanja de aproximadamente 1 m de profundidad que excavaron, y la bóveda bajó a la profundidad de 3 m. La puerta de la bóveda estaba tapada con dos lajas. Adentro de la bóveda hallaron muchos difuntos, unas figuras huecas, muchos mazos, manos de metate, y cerámica de tipo molcajete con la base anular (con incisiones en el centro y pintura alrededor de las incisiones en la forma de rayas ondulantes de color negro y rojo) y una raya negra con puncionados en el exterior.
Adentro de las bóvedas de las tumbas #5 y #6, hallaron entierros y cántaros. La tumba #7 fue muy pobre en cuanto a sus ofrenda, teniendo molcajetes y algunos cántaros. La tumba #8 tenía adentro dos piezas huecas de cerámica en la forma de culebras pero con cara humana (las dos se ven en la Figura 45-1), entrelazadas y mirándose cara a cara. Eran huecas, con orificios para silbar, y estaban pintadas con rayas de color amarillo y negro. Además en esta bóveda hallaron 6 figuras humanas huecas, pero algunos fueron robadas por unos “venaderos” quienes sacaron las figuras en la noche.
Para su registro y estudio, este sitio fue dividido en cuatro áreas: #1 el centro ceremonial con las tumbas de tiro y bóveda; #2 el plan al pie del centro ceremonial; #3 el extremo noreste del sitio; #4 el extremo sur del sitio al lado sur del arroyo.
Área #1 (el centro ceremonial)
Este área tiene tres montículos, una plaza, una plataforma larga, y una zona de tumbas de tiro y bóveda subiendo la colina atrás de la plataforma. En la plaza encontramos varios utensilios de moler y algunos tiestos. Además, en la orilla sur de la estructura #3 en donde encontramos varios tiestos en la superficie, hicimos un pozo de prueba (#1) para aumentar la colección de cerámica, hallando sólo tiestos decorados asignables a las fases Aztatlán y Banderas. Así, es muy posible que las estructuras del centro ceremonial pertenezcan al Postclásico, e indican una reutilización de un lugar que fue un centro ceremonial en el Clásico Medio (fase Reparito). Además, el patrón de los montículos cónicos asociados con una plataforma rectangular, larga, es un patrón común en otros sitios del Postclásico, como, por ejemplo, en PV-43 (La Mesa del Veladero).
En la ladera de la colina en donde había tumbas de tiro, hallamos pocos tiestos, un metate con patas, y varias lajas que nos informaron sirvieron para tapar la puerta de las bóvedas. Una de estas lajas tenía un grabado parecido a un animal en un lado (Figura 45-2), tal vez un perro o un venado. Empezamos la exploración de este lugar por medio de excavaciones con la esperanza de encontrar: (1) una de las tumbas saqueadas que todavía tuviera algo de material cultural adentro; (2) una tumba que mencionaron que se derrumbó antes de que terminaron la excavación; o (3) una tumba no saqueada.
Empezamos por excavar la tierra adentro del hoyo en donde dijeron que estaba la tumba #3, pero tuvimos poco éxito. Seguimos con un pozo de prueba (pozo #2) al sur de el supuesto lugar de la tumba #4, encontramos tiestos de las fases Reparito y Banderas. Entonces, nos cambiamos al pozo en donde supuestamente estaba la tumba #4, vaciando el pozo (#3) hasta la profundidad de 2 m en donde hallamos lo que pareció ser el remanente de una tumba de tiro y bóveda. El piso de la tumba medía 2.0 m de largo por 1.3 m de ancho. Casi no quedaba nada del techo de la bóveda porque el método de excavación usado por los saqueadores lo destruyó. La tierra que estaba rellenando el pozo tenía 30 fragmentos de huesos humanos, así como varios tiestos probablemente de una vasija de ofrenda que fue quebrada por los saqueadores.
La decoración de la vasija fue de un policromo rojo, negro, y blanco sobre anaranjado, lo que está muy parecido, si no idéntico, al policromo de la fase Los Cocos (Clásico Medio) en la zona de San Blas, Nayarit. A la profundidad de 2.0, hallamos una punta de lanza o dardo grande (de obsidiana gris) descansando sobre el piso de la tumba, y en el relleno del pozo encontramos un fragmento de otra punta de proyectil de obsidiana gris casi idéntica a la primera.
El pozo de prueba #3 fue excavado en el área al sur del supuesto lugar de la tumba #1, midiendo 5.o m de largo, en una orientación de S-30-E. Encontramos tipos de tiestos de varias fases prehispánicas revueltas en la tierra, así como algunos fragmentos de huesos humanos y gran parte de un disco de pizarra que probablemente fue parte de un espejo de piritas de hierro dejado como ofrenda en una de las tumbas saqueadas. Al extremo sureste de este pozo hallamos muchos fragmentos de una olla color rojo, grande, así como gran parte de un cuenco chico, quebrado.
El pozo de prueba #4 fue excavado en la forma de una trinchera 3.0 m de larga, 80 cm de ancha, y 30 cm. de profundidad, saliendo directamente al sur de la orilla del pozo de la tumba #4. Se hizo la excavación para explorar un conjunto de cantos rodados encontrado en la ladera sur de la colina, en busca del tiro de una tumba. No hallamos ningún tiro, y los cantos parecían estar fuera de su contexto original.
Seguimos la investigación excavando un pozo de prueba (#5) que fue una continuación del pozo #1, saliendo hacía el sur, hacía una parte de la colina que no fue explorada por los saqueadores debido al subsuelo rojo que maltrata el acabado de las ofrendas de cerámica, destruyendo su valor económico. Al principio, hallamos tierra removida con tiestos de varias fases culturales revueltas, pero pronto llegamos a un depósito que pudo haber sido de un tiro ovalado de un máximo de 1.9 m en diámetro. Adentro del tiro, a la profundidad de 1.3 m, hallamos gran parte de una ollita de silueta compuesta y color natural de la pasta, y al fondo del tiro, a la profundidad de 1.8 m hallamos un conjunto de 8 lajas de río. Enfrente de las lajas hallamos una herramienta de piedra (Figura 45-3) que pudo haber servido para excavar. Debajo de algunas de las lajas hallamos fragmentos de huesos humanos y dos vasijas de ofrenda: un cuenco erosionado con el exterior ligeramente undulado en la forma de una calabaza; y una ollita roja, quebrada en 69 fragmentos. Parece que se trata de una tumba de tiro sin bóveda.
Continuamos la excavación del pozo #5 hacía el oriente de la unidad d#1, encontrando un nuevo tiro a la profundidad de 2.45 m. En el fondo del tiro hallamos una ofrenda de cuatro vasijas de cerámica y un malacate, y una puerta de tumba formada por dos lajas grandes de río y sellada con piedras chicas y fragmentos e tepetate (Figuras 45-4 y 5). Además, enfrente de la puerta de la bóveda hallamos un conjunto de huesos humanos incinerados, y el carbón asociado con estos huesos nos dio una fecha de radiocarbono calibrada a 400 d.C. a 535 d.C. con el 95% de probabilidad (Beta #68304). Una de las vasijas de ofrenda fue un cántaro trípode con pintura anaranjada (Figura 45-6). La segunda (Figura 45-7) fue un cántaro con decoración de color rojo, negro, y blanco sobre anaranjado. La tercera (Figura 45-8) fue un cajete con decoración de color rojo, negro, y blanco, sobre anaranjado, con líneas paralelas en el interior, y un diseño geométrico en el exterior. Las tres vasijas estaban quebradas, y todas estaban erosionadas, probablemente por el agua que se acumulaba en el fondo del tiro en la estación de aguas. El malacate (Figura 45-9) tenía decoración incisa, de forma geométrica.
Atrás de la puerta, adentro de la bóveda (Figura 45-10) hallamos un conjunto de huesos incinerados que tenía la apariencia y consistencia de pasta de dientes, y dos ofrendas sencillas y muy erosionadas: un cajete de cerámica muy delgada y con decoración de color blanco sobre anaranjado sobre un engobe color crema; y otro cajete de cerámica gruesa y muy mal cocida, y la superficie del mismo color natural de la pasta. La bóveda midió aproximadamente 60 cm. de alto por 60 cm. de ancho, y 60 o 70 cm. de largo hacia adentro.
Esta excavación fue terminada el 12 de mayo, y después cambiamos a registrar 30 sitios nuevos hasta el 11 de junio que fue cuando volvimos al sitio de El Reparito para seguir la exploración del sitio por medio de excavaciones adicionales. Empezamos un nuevo pozo de prueba (#6) en la falda norte de la colina. Este pozo llegó a ser una trinchera que midió 10.3 m de largo por 1.0 m de ancho, y alcanzó a una profundidad de 93 cm. a 1.13 m en donde encontramos el tepetate. La mayoría de la cerámica encontrada fue erosionada, pero los fragmentos con decoración conservada resultaron ser de las fases desde la Amparo hasta la Banderas.
En el pozo #5, volvimos al lugar de la unidad #1 en donde hallamos a la profundidad de 1.48 m cinco lajas que fueron una continuación (unidad #1b) del conjunto de lajas de río que habíamos designado como “unidad #1”. Debajo de estas lajas hallamos 40 fragmentos de huesos humanos, pero en un muy mal estado de conservación.
Al terminar la unidad #1b, seguimos hacia el noroeste, y hallamos otra unidad (#3) que parece haber sido una de las tumbas te tiro y bóveda que fueron saqueadas hace años. Juzgando de los restos encontrados, esta unidad puede ser el remanente de la segunda bóveda de la tumba de tiro #3 excavada por los saqueadores, porque descubrimos que la puerta de la bóveda había sido formada por un muro de lajas y cantos rodados de río (Figura 45-11).
El piso de la bóveda que hallamos midió 3.20 m de ancho, y aproximadamente 2.0 m de profundidad horizontal. Hallamos muchos fragmentos de huesos humanos en el lado oriente del muro (el área de la bóveda), así como afuera del muro, en el lado poniente (el área del tiro). Adentro de la bóveda, hallamos partes de dos vasijas quebradas que los saqueadores habían dejado allí: 28 fragmentos de un cántaro en forma de bule y con decoración rojo, negro, y blanco sobre anaranjado; y 36 fragmentos de un cajete de policromo rojo, negro, y blanco sobre anaranjado (Figura 45-12) casi idéntico al tipo Gavilán Policromo encontrado en el sitio de Amapa, Nayarit (Meighan 1967). Además, adentro de la bóveda encontramos una piedra de tezontle rojo, labrada en la forma de una dona y decorada con incisiones geométricos en el perímetro; un fragmento de piedra pizarra que posiblemente fue parte del respaldo de un mosaico o espejo formado por piritas de hierro (Figura 45-13); y un diente chico de tiburón que pudo haber servido como punta de proyectil, o un instrumento ritual para sacar sangre humana.
Después de terminar esta excavación, abrimos dos excavaciones (pozos #7 y #10) en el extremo norte del sitio, en el Área #3, y al mismo tiempo abrimos los últimos dos pozos de prueba (#8 y #9) en el área del centro ceremonial: el #8 al sur del pozo #5, y el #9 en la ladera norte de la colina. La excavación del pozo #8 fue suspendida pronto debido a la dureza casi impenetrable de la tierra. En la excavación del pozo #9, hallamos tiestos de varias fases revueltos, hasta la profundidad de 90 cm. A esta profundidad encontramos 22 tiestos de la misma vasija, un cántaro anaranjado con el fondo exterior sumido. Siguiendo hacia abajo, a la profundidad de 1.50 m a 1.98 m, encontramos muchos fragmentos de huesos humanos (unidad #1) que probablemente fueron quebrados por los saqueadores. Seguimos excavando hacia el oriente, hallando a la profundidad de 1.50 m, una pequeña bóveda excavada adentro del subsuelo (unidad #2). La bóveda no tenía puerta, pero estaba totalmente llena de fragmentos de huesos humanos, aunque sin ofrendas asociadas. Tuvimos dificultades en terminar esta excavación debido a las lluvias que llegaron con el primer huracán de la estación de lluvias.
Área #2 (el plan al pie del centro ceremonial)
Esta área es parte de la zona habitacional del sitio, y aquí encontramos restos de varias estructuras. Algunas estructuras habían sido completamente destruidas por el arado, pero se podía trazar los cimientos de algunas otras. La gran mayoría de la cerámica diagnóstica encontrada en la superficie de esta área pertenece al Postclásico (fases Aztatlán y Banderas). Sin embargo, algunas de estas estructuras deben pertenecer a la utilización del lugar en el Clásico Medio (fase Reparito) porque la lítica incluye muchos mazos (“cachiporras” en la terminología local) (Figura 45-14) y horcones (Figura 45-15) que parecen estar asociadas con la fase Reparito (reportaron haber encontrado mazos en algunas de las tumbas). También en esta área hallamos muchos fragmentos de metates, manos de metate, y una peña grabada con cinco pozos o abrevaderos para moler, así como el diseño de una espiral.
Área #3 (el extremo noreste del sitio)
El estudio de la superficie en esta parte del sitio resultó en el registro de los restos de varias estructuras destruidas por el cultivo del lugar que probablemente formaron cimientos de casas. Estos restos están asociadas con terrazas. Casi toda la cerámica diagnóstica encontrada en la superficie pertenece a la fase Aztatlán. Pero la lítica incluye muchos mazos, metates, manos de metate, dos hachas pulidas, y un punzón. También encontramos dos peñas con pozos o abrevaderos para moler, en la orilla del potrero pegada al arroyo de San Sebastián.
Hicimos un pozo de prueba (#7) en una de las terrazas, al sur de la estructura #32. Aparte de encontrar tiestos de la fase Aztatlán, la excavación descubrió evidencia de una habitación durante las fases Amparo y Llanitos. También, de este pozo recuperamos una cuenta de piedra color crema.
Durante la inspección de la superficie de esta parte del sitio, encontré la punta superior de una laja grande de río que estaba clavada verticalmente en el suelo. Abrimos un pozo de prueba (#10) para explorar la piedra y su contexto. Pronto encontramos un círculo de cantos de río parados y acostados, y adentro del círculo unas lajas grandes de río. Descansando sobre una de estas lajas encontramos una celta chica de bronce o de cobre (el único artefacto de metal prehispánico encontrado en todos los sitios del municipio), y algunos tiestos erosionados con pasta fina parecida a la pasta de la cerámica tipo Aztatlán.
Excavando adentro del círculo de piedras, sacamos del centro de la estructura, hasta la profundidad de 1.31 m, 164 lajas acostadas horizontalmente que sirvieron de relleno de un pozo que estaba forrado en toda la pared con lajas grandes, paradas (Figura 45-16). Una de estas lajas que estaba en la pared fue un horcón reutilizado para la construcción del pozo, y encontramos otros 3 horcones entre las lajas que rellenaban el pozo. Los pocos tiestos encontrados en el relleno del pozo estaban erosionados, pero tenían una pasta fina parecida a la pasta del Postclásico, probablemente de la fase Aztatlán.
Al quitar las lajas de la pared del pozo, hallamos solamente subsuelo rojizo y duro. Uno de los antiguos saqueadores locales me informó que él había encontrado estructuras virtualmente idénticas en otro sitio. La función más lógica que se me ocurre es que sirvieron para almacenar algo. Tal vez eran aljibes o cisternas para almacenar agua.
Volvimos a este sitio en 1994 porque los topógrafos de Obras Públicas del municipio de Puerto Vallarta no habían fijado en el mapa del sitio la localización de un árbol que nos servio en 1993 como punto de referencia para algunas de las excavaciones. En el proceso de tomar las medidas que faltaban, registramos otras tres puertas de tumbas en la superficie en el área de la tumba saqueada #2. También, aprovechamos esta oportunidad para excavar un pozo de prueba (#11) en una parte del centro ceremonial que no habíamos explorado en 1993, y explorar el depósito adentro del pozo de saqueo de la supuesta tumba #9 en busca de una bóveda que según informantes locales se derrumbó durante su excavación, dejando algunas ofrendas adentro.
Excavamos el depósito que estaba adentro del pozo de saqueo de la supuesta tumba #9, hasta llegar a tener un hoyo que midió 4.0 m norte-sur por 2.10 m este-oeste, y que llegó a una profundidad de 1.40 m. Hallamos pocos tiestos de cerámica, y revueltos de diferentes fases, sin poder detectar indicaciones de una tumba derrumbada.
El extremo oriente del pozo #11 quedó a 19 m al S-80-W del árbol negro que sirvió como punto de referencia para el mapeo. El pozo midió 2.3 m E-W por 80 cm. N-S, y lo terminamos a la profundidad de 1.2 m, habiendo encontrado a la profundidad de 75 cm. subsuelo rojizo y chiclosos que no fue apropiada para seguir buscando una tumba. En la excavación del pozo hallamos pocos tiestos, y todos los tiestos diagnósticos encontrados eran de la fase Aztatlán. Otros artefactos encontrados incluyen dos puntas de proyectil de obsidiana, una de ellas encontrada a la profundidad de 65 cm., y varias navajas prismáticas de obsidiana.
Figura 45-1. Colección de piezas saqueadas del sitio PV-45.
Figura 45-2. Puerta de tumba de tiro, con un petroglifo.
Figura 45-3. Herramienta de piedra para excavar tumbas.
Figura 45-4
Figura 45-5
Figura 45-6. Cerámica Reparito.
Figura 45-7. Cerámica Reparito.
Figura 45-8. Cerámica Reparito.
Figura 45-9. Malacate de la fase Reparito.
Figura 45-10
Figura 45-11
Figura 45-12. Cerámica Reparito.
Figura 45-13. Bases de pizarra para espejos de pirita de hierro.
Figura 45-14. Mazos ("cachiporras") de piedra.
Figura 45-15. Horcones de piedra.
Figura 45-16
Área #1
Tiestos y Figurillas por Fase Arqueológica
1 Banderas
Lítica
4 lajas de puertas de bóvedas
6 metates
1 metate con patas
3 manos de metate
1 mano de mortero/molcajete
Área #2
Tiestos y Figurillas por Fase Arqueológica
1 Amparo
3 Aztatlán
4 Banderas
Lítica
1 peña con grabados
1 peña para moler
4 horcones
6 manos de metate
1 mortero/molcajete
40 mazos
Área #3
Tiestos y Figurillas por Fase Arqueológica
12 Aztatlán
Lítica
2 peñas para moler
7 metates
2 manos de metate
8 mazos
2 hachas/celtas
1 cuenta
Área #4
Tiestos y Figurillas por Fase Arqueológica
1 Aztatlán
3 Banderas
Lítica
3 peñas para moler
6 horcones
12 metates
3 manos de metate
15 mazos
Pozo #1
Tiestos y Figurillas por Fase Arqueológica
1 Reparito
10 Aztatlán
7 Banderas
Lítica
3 navajas prismáticas
Pozo #2
Tiestos y Figurillas por Fase Arqueológica
11 Reparito
2 Banderas
Lítica
2 puntas de proyectil
Pozo #3
Tiestos y Figurillas por Fase Arqueológica
3 Amparo
5 Reparito
12 Aztatlán
18 Banderas
Lítica
2 hachas/celtas
3 lascas
1 núcleo para navajas prismáticas
1 núcleo para lascas
1 espejo de piritas
Pozo #4
Tiestos y Figurillas por Fase Arqueológica
1 Reparito
2 Banderas
Pozo #5
Tiestos y Figurillas por Fase Arqueológica
8 Amparo
65 Reparito
3 Aztatlán
11 Banderas
Lítica
1 horcón
1 mano de metate
6 navajas prismáticas
10 lascas
1 raspador
Pozo #6
Tiestos y Figurillas por Fase Arqueológica
7 Amparo
3 Reparito
1 Llanitos
14 Aztatlán
7 Banderas
Lítica
2 navajas prismáticas
4 lascas
1 núcleo para navajas prismáticas
Pozo #7
Tiestos y Figurillas por Fase Arqueológica
7 Amparo
6 Llanitos
12 Aztatlán
Lítica
1 navaja prismática
1 lasca
1 cuenta
Pozo #8
Tiestos y Figurillas por Fase Arqueológica
4 Banderas
Lítica
1 punta de proyectil
1 lasca
Pozo #9
Tiestos y Figurillas por Fase Arqueológica
4 Amparo
2 Reparito
4 Aztatlán
1 Banderas
Lítica
1 navaja prismática
Pozo #10
Tiestos y Figurillas por Fase Arqueológica
Aztatlán (por la pasta)
Pozo #11
Tiestos y Figurillas por Fase Arqueológica
7 Aztatlán
Lítica
2 puntas de proyectil
6 navajas prismáticas
2 lascas
ATRÁS
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ADELANTE
