PV-89 (El Colorado)
PV-89 (El Colorado)
Una de las metas de la temporada de 1995 fue de buscar sitios arqueológicos en ls alrededores del pueblo moderno de El Colorado, porque ésta zona fue un vacío grande en nuestro registro de sitios arqueológicos en el municipio de Puerto Vallarta. En temporadas previas, de vez en cuando la gente me había mencionado hallazgos arqueológicos en los alrededores de El Colorado, y un conocido en Puerto Vallarta me dejó retratar una figura hueca de cerámica que el señor que le dio la pieza dijo que era de El Colorado (Figura 89-1). Cabe mencionar que este pueblo se llama El Colorado no por el color de la tierra rojiza, sino por el hecho de que tantos hombres del pueblo trabajan o han trabajado en el Estado de Colorado en los E.U.A.
Empezamos la investigación de la zona de El Colorado a través de información proporcionado por Guadalupe González Flores, un señor que antes vivía en una casa solitaria en la Mesa del Veladero y quien me enseñó las piedras grabadas en el sitio de PV-44 (La Mesa del Veladero II). En 1994, Lupe se mudó con su familia a El Colorado, y empezaron a vivir gratis en una casa de bloques de cemento prestada a ellos por el dueño. Algunos vecinos de Lupe le empezaron a platicar sobre hallazgos arqueológicos realizados en el área de esta casa. Lupe me pasó la información, y me presentó con las personas que sabían de los hallazgos. Además, Lupe había encontrados fragmentos de una figurilla en el patio al lado norte de la casa, que había sido destapada por las lluvias.
Uno de los vecinos de Lupe, Plácido Jiménez, me platicó que hace unos 35 años (ca. 1960) el Gobierno Federal vino con un programa de mejorar las viviendas de los ranchos y pueblitos. En El Colorado la obra de mejoramiento incluyó la rehabilitación de algunas casas de palos y palapa por medio de una construcción nueva de bloques de cemento y techos de otro material. Cuando excavaron las trincheras para los cimientos de la nueva casa (la que ya estaba habitada por Lupe), hallaron alrededor de 12 “monos”, unos redondos y otros “tableados”. Estas figuras fueron encontradas a la profundidad de unos 25 cm. Además, hallaron otro “mono” cuando excavaron la zanja para abastecer agua de un tanque que construyeron en la cima de una lomita al oriente de la casa. Otro vecino de Lupe me enseñó la pierna de una figura hueca con decoración de color rojo y negro sobre un engobe crema que procedió de las excavaciones de los cimientos de la casa de Lupe, y me platicó de otra figura que salió de allí y que el tenía guardada en las vigas de su casa hasta que la figura de repente “se reventó”. Este señor también me platicó de un “mono tableado” que encontraron en un pozo que excavaron al oriente de la casa de Lupe en donde “salió lumbre”.
En nuestra inspección del área alrededor de la casa de Lupe, el único lugar en donde descubrimos fragmentos de cerámica prehispánica fue a flor de la tierra en el patio al norte de la casa. En este patio hallamos dos unidades de cerámica. La unidad #1 consistió en una figurilla sólida, de 28.2 cm. de altura, cubierta con un engobe color crema, sobre el cual había decoración de líneas en color rojo (Figura 89-2). En la unidad #2, a 50 cm. al suroeste de la figurilla, hallamos 58 fragmentos de un cuenco chico decorado con líneas de color rojo sobre un engobe color crema, y 33 fragmentos de un cantarito color rojo. Es factible que éstas tres piezas de cerámica fueron depositadas como ofrendas con un enterramiento, pero no detectamos restos de huesos.
En seguido, excavamos trincheras angostas afuera de la casa, paralelas a las paredes de la casa en los lados Este, Oeste, y Sur, sin hallar evidencia de otras ofrenda o de entierros, posiblemente porque la erosión de la tierra alrededor de la casa en los últimos 35 años había destruido la evidencia de los enterramientos y sus ofrendas. Frustrados por la poca evidencia que habíamos obtenido para averiguar los cuentos de figuras encontradas cuando construyeron los cimientos, conseguimos permiso de Lupe para llevar a cabo una excavación en el piso de tierra adentro de la casa. La casa tenía dos cuartos: la cocina en la mitad oriente, y la recamara en la mitad poniente. Excavamos un pozo (#1) en el centro de la recamara.
El pozo llegó a medir 1.56 m norte-sur por 1.19 m este-oeste, y a una profundidad de 25 a 38 cm., con la excepción de un pozo intruso que excavamos hasta la profundidad de 50 cm. La excavación reveló un área que midió más de 1.50 m norte-sur por 80 cm. este-oeste, con tierra de un color miel-café diferente al color gris de la tierra natural del subsuelo, probablemente indicando un pozo de enterramiento. El área estaba marcada con una piedra redonda, color azul-verde, en la misma manera que los entierros encontrados en el sitio de PV-28 (La Pedrera) habían sido marcado. Adentro de este área (Figura 89-3), hallamos fragmentos de cuatro vasijas de cerámica depositadas como ofrendas: un cántaro de color rojo y modelado en la forma de una calabaza; y dos cántaros decorados con diseños en pintura roja sobre un engobe crema, uno de los cuales que tenía la forma de una calabaza. Aunque se supone que estas vasijas fueron depositadas como ofrendas con entierros humanos, no detectamos restos de huesos. La tipología de la cerámica decorada, indica la fase Amparo.
Figura 89-1. Figurilla Amparo.
Figura 89-2. Figurilla Amparo.
Figura 89-3
Tiestos y Figurillas por Fase Arqueológica
1 Amparo
Unidad #2
Tiestos y Figurillas por Fase Arqueológica
1 Amparo
Pozo #1
Tiestos y Figurillas por Fase Arqueológica
3 Amparo
Lítica
1 lasca
1 canto marcador